Taste of Strade Bianche en la etapa Rapolano Terme: también está la sección Bagnaia

Taste of Strade Bianche en la etapa Rapolano Terme: también está la sección Bagnaia
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El camino de tierra, Desde que empezó a aparecer en el ciclismo profesional ha sido sinónimo de espectáculo. Si se inserta en un Grand Tour, entonces, es una garantía de incertidumbre, trampas y ataques. El Giro de Italia 2024 también tendrá sus tramos de tierra, en la etapa número 6, que llevará a los corredores de Viareggio, concretamente de Villa Puccini (esto marca el centenario de la muerte del compositor Giacomo Puccini) a Terme de Rapolano durante 180 kilómetros.

Como es habitual, la etapa de tierra es muy temida, sobre todo por los hombres de la clasificación, porque pinchazos, problemas mecánicos o caídas están a la vuelta de la esquina, y si ocurrieran en el momento equivocado te podrían salir muy caro, en términos de segundos y ambiciones.

El escenario del escenario es en gran medida el mismo que el de la Strade Bianche, es decir, el de los alrededores de Siena y el Creta Senesi, aunque los kilómetros y sectores de camino de tierra serán decididamente menores que los de la muy querida clásica de principios de temporada. En total serán 11,6 kilómetros de caminos de tierra para viajar, dividido en 3 sectores. No muchos, pero como todos están concentrados en los últimos 50 km de carrera aún podrían lastimar a alguien.

Los primeros 70 km son tranquilos, llanos, pero tras la subida a Volterra nos adentramos en una zona que ahora conocemos, tortuosa y llena de subidas y bajadas, que no deja espacio a los corredores para recuperar el aliento. Los dos primeros tramos de camino de tierra son un viejo conocido de la Strade Bianche, el de Vidrita (4,4 km de longitud) y el de Bagnaia (4,8 km), que se afrontarán en rápida sucesión a 40 km de la meta.

Es en particular el de Bagnaia (probablemente llamado así por el carácter húmedo y pantanoso que poseía el territorio, y no es casualidad que se trate de una zona de baños termales) el que tendrá que hacer que los corredores mantengan las antenas rectas. , aunque sólo sea porque es cuesta arriba por aproximadamente 3200 metros, con pendientes que llegan incluso al 10% y que podrían excitar la imaginación de algunos atacantes. Después de eso todavía quedará la franja blanca sin precedentes de Pievina (2,4 km) que se recorrerán a 16 km de la meta – al final de la cual también hay una meta voladora – antes de la gran final en Rapolano Terme – precedida por un muro del 20% a 4 km de la meta – que podría sonreír un amplio abanico de corredores, desde los cazadores clásicos hasta los más proclives a las subidas, sin olvidar a los corredores rápidos que dominan las subidas y bajadas y, quizás, incluso las escapadas.

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