De Lamezia a las alturas del cine, la historia de Mirko Perri, ganador del 4 David di Donatello: ‘No basta con la pasión, se necesita estudio y esfuerzo’

De Lamezia a las alturas del cine, la historia de Mirko Perri, ganador del 4 David di Donatello: ‘No basta con la pasión, se necesita estudio y esfuerzo’
De Lamezia a las alturas del cine, la historia de Mirko Perri, ganador del 4 David di Donatello: ‘No basta con la pasión, se necesita estudio y esfuerzo’

Lamezia Terme – “Mi padre y mi madre siempre me decían que si hubiera nacido niña me habría llamado Miriam Perri (el mismo nombre que la autora de la entrevista, ndr.), ¡piénsalo!”. Así comienza, con una pequeña escena simpática, la charla con Mirko Perri, diseñador de sonido de Lamezia y ganador del David di Donatello 2024 por la creación de los sonidos de ‘Io Capitano’. Detrás hay una historia de pasión, trabajo duro y una pizca de suerte. Estos son los ingredientes que resumen la esencia de Mirko. “Trabajé duro pero también hubo una buena dosis de suerte. Me encontré en el lugar correcto en el momento correcto, haciendo algo que me gustaba”, dice. Y el lugar adecuado resultó ser Roma, “el centro italiano del cine”, a donde llegó, a los 19 años, inmediatamente después de terminar sus estudios en el instituto científico ‘Galileo Galilei’. Nacido y criado en Lamezia, experimentó en primera persona ese “aburrimiento” típico de la provincia que, en última instancia, le impulsa a alcanzar la plenitud. Y es precisamente aquí donde nació el deseo de perseguir el sueño de trabajar con la música. “En los 90 no era como si existiera internet o celulares, había un círculo de amigos con los que tocábamos música y salíamos. Me aburrí un poco, así que alquilé casetes y vi películas”. Ahora, cuando quiere volver a esos momentos el sonido que le acompaña es el de los “scooters amañados en los que pasan un montón de niños” que encuentra cada vez que regresa a su tierra natal. Mirko, de hecho, no descuida sus raíces y tiene dos paradas en su corazón en Calabria: Maida para abrazar a su madre, que ahora vive allí, y Lamezia para encontrar a sus amigos históricos.

El camino para alcanzar su sueño fue largo. De hecho, después de haber intentado una carrera musical, abandonándola porque, admite, “la verdad es que se me daba muy mal tocar”, continuó durante un tiempo haciendo producción musical y aprendiendo así tecnología del audio. “El objetivo, sin embargo, siempre fue poder hacer el trabajo que había aprendido acerca de ver películas. Estudié tecnología de audio general y luego comencé a trabajar en este sector porque en Roma es más fácil trabajar con cine. Naturalmente, hay cursos escolares específicos, como el centro experimental y la Escuela de Arte Cinematográfico Gian Maria Volonté, donde vas a estudiar estas cosas, pero mi camino fue un poco diferente. Yo vengo de la calle.” Un viaje que le ha llevado hasta el momento a conseguir cuatro David di Donatello. Satisfacción personal y laboral que, sin embargo, no le hizo apartar la mirada del chico que alquilaba películas soñando con convertirse algún día en protagonista de ese mundo. “Estas cosas pasan – dice sonriendo – nunca he trabajado, sin embargo, en base a los premios. Lo hago porque me gusta este trabajo. Esta es la razón, entonces el premio es algo que sucede.”

El trabajo de un diseñador de sonido.

Mirko luego explica en qué consiste su trabajo. “Normalmente los directores o la producción me dan guiones para leer y en base a lo escrito me imagino, organizo el trabajo que pueda ser necesario para darle sonido a la película. Trabajo en todo lo que es el sonido de una película excepto la música. Básicamente, uno suele pensar que el sonido que se escucha en las películas es algo que se graba en el set, pero no es así en absoluto. En el set se centran especialmente en las voces de los actores pero todo lo que se escucha después es reconstruido. Todo se hace postproducción en el estudio. Mi trabajo es, además de editar el sonido que llega en directo, dar sentido a la película con un sonido coherente, pensado y realizado a partir de determinadas elecciones. Se pueden tomar millones de decisiones y se trabaja en base a eso. Es una cuestión de necesidad. Hay muchas formas en las que puedes darle un significado diferente a una escena según cómo la suene. En las películas de kung fu, por ejemplo, sientes los golpes súper fuertes pero en la vida real no son así. Mi trabajo es elegir cómo cortar la película y darle sonido”. Ahora que está “envejecido” tiene su propio estudio y algunos chicos que trabajan con él. Juntos supervisan toda la postproducción de las películas. Hay varios proyectos en la maleta. De hecho, tienen más de una película en proceso, incluida la nueva de Gabriel Mainetti, y series de televisión para Netflix y Sky.

La receta del éxito de Mirko

No basta con tener un sueño, una pasión o conformarse. La sentida invitación que Mirko hace a los niños es que estudien y se apasionen. “Si te gusta algo, deberías explorarlo más a fondo. No debes detenerte en algo superficial solo porque sientes que sabes mover cuatro perillas o usar una herramienta. Siempre debemos profundizar lo más posible en lo que queremos hacer y no detenernos en el nivel puramente práctico, en la suficiencia. La pasión no hay que seguirla sólo por el trabajo, hay que cultivarla bien, siempre. Este país sólo necesita gente que trabaje bien”. He aquí el secreto revelado para todos aquellos jóvenes que hoy luchan por encontrar su camino en el mundo. Mirko todavía no se siente llegado, atesora su humildad y agradece el camino recorrido hasta ahora. Un viaje que comenzó frente a una cinta de vídeo y continuó por un camino de sacrificios, nostalgias y satisfacciones, que aún no ha terminado, sino que lo ve cabalgando sobre la ola de nuevos e intensos proyectos.

Miriam Perri

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